domingo, 29 de enero de 2012

El Ahorcamiento

Diversos autores han estudiado desde el siglo pasado, las experiencias sufridas por sujetos que fueron colgados del cuello y que por una u otra razón vieron interrumpido su ahorcamiento salvando la vida.

VARIGNY recoge una amplia casuística de "ahorcados". Por ejemplo el caso de un predicador americano, que por error de un oficial, fue ahorcado en Fuerte Barrancos pensando que se trataba de un espía de los confederados. Por fortuna, otro oficial que conocía al predicador, llegó a tiempo para intervenir enérgicamente y descolgarle. El predicador relató luego sus experiencias: "Me sentía entre el cielo y la tierra, tanto en lo físico como en lo moral. Cuando quedé balanceándome, me pareció como si una caldera de vapor estuviese en mi cabeza a punto de estallar. La sangre en mis arterias y venas parecía no circular. Sentía pinchazos en todo el cuerpo sumamente dolorosos y enseguida la impresión como de una explosión en mi cabeza, como la erupción súbita de un volcán. Inmediatamente después experimenté un bienestar extraordinario que substituyó a las primeras sensaciones desagradables y dolorosas, tan maravillosamente agradable que quisiera experimentarla de nuevo sin peligro de morir. Una luz opalina y lechosa acariciaba mi vista, un gusto de azúcar y dulzor desconocido perfumó mi boca, creí que ascendía por el espacio y dejaba el Universo detrás de mí. Escuché miles de arpas y miles de voces cantando dulcemente y una gran sensación de bienestar. Cuando fui descolgado, volví a sentir los dolores del primer momento, lo que fue un verdadero martirio, con dolores en la nariz y los dedos. Media hora después, aquellas torturas desaparecieron, pero por todos los tesoros de la India no quisiera comenzar esta resurrección".
Aunque muchos la consideran una simple leyenda, hubo en Londres un "Club de ahorcados". Lo menciona el famoso médico legista BROUARDEL en su libro "La Pendaison" (1897). Se trataba de una asociación de individuos que obtenían un enorme placer en ahorcarse mutuamente para experimentar unas sensaciones eróticas extraordinarias. Es sabido por todos los que hemos dedicado tiempo al estudio y práctica de la Medicina Legal, que en los ahorcados se encuentra siempre una eyaculación de semen que tiene lugar con los espasmos del ahorcamiento y a veces emisión de orina. Sobre todo en los sujetos que quedan colgados verticalmente. Se ha interpretado como un fenómeno consecutivo a la rigidez cadavérica. Las vesículas seminales son los órganos más tempranamente afectados por el rigor mortis.

Un médico-forense francés, el Dr. Decoust, para demostrarlo, tenía la costumbre de colgar los cadáveres en la Morgue después de 48 horas de la muerte y observaba que se producía una eyaculación.

BROUARDEL consideraba que la "amnesia" que sobrevenía en los ahorcados "salvados", les impedía recordar las sensaciones que habían tenido.

El Dr. FLEICHMANN que hizo también observaciones en ahorcados, refiere que "al ser colgado del cuello, un individuo sintió vivo calor en la cabeza, ruidos de oídos, destellos fulgurantes en los ojos y que las piernas se le ponían muy pesadas". Esto es el momento de ser colgado, pues seguidamente sobreviene la pérdida del conocimiento y ya no es posible detener la lesión del cerebro por anoxia transcurridos un par de minutos.

El Dr. TAYLOR relata otro caso más dramático. Se trataba de un americano de nombre Scott, allá por los años 1840. Este sujeto tenía la costumbre de colgarse en público, con lo que se ganaba la vida. En el momento oportuno, interrumpía su experiencia y cuando se recuperaba, pasaba el platillo entre los curiosos. Pero en cierta ocasión la experiencia duró algo más de lo acostumbrado y los presentes creyeron que lo hacía para prolongar sus sensaciones. A los 13 minutos lo descolgaron pensando que algo le había ocurrido y le llevaron al Hospital donde llegó cadáver. Extraña forma de ganarse la vida y encontrar la muerte.
No ha sido el único que se ha ganado la vida así. A fines del siglo pasado hubo varios sujetos que recorrían pueblos y ciudades repitiendo la misma experiencia con el objeto de llamar la atención y ganarse así la vida.

El ahorcamiento produce la muerte por asfixia mecánica, por sofocación, en cuyo caso la agonía puede ser prolongada, debatiéndose el sujeto con movimientos convulsivos del cuerpo y extremidades. "Bailar en la cuerda" se ha llamado a esta reacción. Para evitar la visión de estos movimientos y acelerar la muerte, en Inglaterra, Australia y Estados Unidos, se colgaba un saco de arena pesado de los pies del ahorcado, abriéndose una trampilla a través de la cual quedaba colgado bruscamente. Otros ahorcados mueren por shock inhibitorio, otros por síncope cardiaco y anemia cerebral brusca, lo que es mucho más rápido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario